El comúnmente denominado "colchón financiero" es una técnica de ahorro cuyo principal propósito es constituir un fondo de emergencia que permita solventar gastos imprevistos y mantener una relativa autonomía financiera. Sin embargo, este también puede emplearse para invertir en proyectos específicos o costear algún otro gasto en caso de que nuestro ingreso se vea afectado por cualquier motivo.
¿Qué es un colchón financiero?
El colchón financiero constituye un tipo de herramienta financiera que se genera dentro de la economía doméstica para evitar el endeudamiento en caso de que nuestro ingreso sea insuficiente para afrontar algún gasto o interrupción en el ingreso. Este fondo se genera a partir del ahorro paulatino de la persona en función de su ingreso y capacidad de ahorro.
Respecto al ahorro, los últimos datos disponibles del informe Cuentas Trimestrales no Financieras de los Sectores Institucionales del Instituto Nacional de Estadística (INE) para el último trimestre de 2022, en la actualidad la tasa de ahorro promedio se encuentra en 14,5% de la renta disponible en el hogar. Esto supone una reducción de 7 puntos con respecto a 2021.
Pese a ello, el colchón financiero debe prever estas circunstancias macroeconómicas. Si bien este debe emplearse para gastos que no se encuentren previstos en nuestro presupuesto, una vez constituido, suele emplearse con otros propósitos —vacaciones, la compra de un electrodoméstico, la inversión en un proyecto profesional—. Sin embargo, se recomienda utilizarlo únicamente en casos de urgencia.
¿Cómo adquirir un colchón financiero?
Adquirir un colchón financiero resulta relativamente sencillo. Para cumplir con su función, este debe superar un mínimo que se calcula a partir del ingreso y los gastos mensuales del hogar. Este debe cubrir entre tres y seis meses de los gastos totales del hogar. Por lo tanto, dependerá de cada caso en particular determinar la cantidad mínima.
Según los datos del informe del INE, el gasto en consumo final de los hogares aumentó un 12 % con respecto al año anterior, por lo que los hogares dedican un mayor porcentaje del ingreso al consumo. Este fenómeno puede atribuirse al escenario inflacionario y la caída en el poder adquisitivo que este produce.
Para adquirirlo, debe ponderarse el costo medio de vida del hogar para determinar una cifra específica que puede aportarse mes a mes, según la capacidad del presupuesto para constituir este fondo. Una vez alcanzado un fondo suficiente para costear entre tres y seis meses de gastos, el colchón se encuentra constituido.
Te lo mostramos mejor con un ejemplo visual:
Ejemplo de la construcción de un colchón financiero
Supongamos que una persona con un sueldo de 1200€ desea construir un colchón financiero para poder hacer frente a imprevistos.
- El primer paso es determinar el costo medio de vida del hogar, es decir, cuánto se gasta en promedio cada mes en gastos esenciales como alimentación, vivienda, transporte, facturas, etc. Digamos que el costo medio de vida del hogar de esta persona es de 800€ al mes.
- El siguiente paso es determinar qué cantidad específica se puede aportar mes a mes al fondo del colchón. Para ello, es importante analizar el presupuesto personal y determinar cuánto se puede destinar cada mes sin poner en riesgo el equilibrio financiero. Digamos que esta persona decide aportar 100€ al mes al fondo del colchón.
Por tanto, después de 2 años (24 meses) de aportar 100 $ al mes al colchón financiero, esta persona habrá acumulado suficiente dinero para cubrir sus gastos esenciales durante 3 meses. Si desea un colchón más robusto que cubra hasta 6 meses de gastos, deberá seguir aportando dinero hasta alcanzar los 4800€ (6 x 800€), lo que tardaría otros 24 meses (2 años) adicionales.
¿Cuánto se suele tardar adquirir un colchón financiero?
Dependiendo del ingreso del hogar, sus gastos y la cifra mínima que busque cubrir con el fondo, adquirir un colchón financiero puede llevar más o menos tiempo. Debe tenerse en cuenta que la constitución de este fondo, como tal, no exige que se llegue a esta cantidad de manera inmediata.
De este modo, dependiendo de nuestra edad y pretensiones financieras, puede llevarnos alrededor de dos años dedicar este porcentaje de ingresos al fondo de emergencia para alcanzar la cifra necesaria. En los casos de menor edad, se recomienda aportar un mayor porcentaje del ingreso para luego conservarlo, reponerlo, y reducir dicho aporte con el tiempo.
Por lo general, una media conservadora para aportar a un fondo de emergencia de este tipo es de entre el 10 % y el 15 % del ingreso mensual hasta alcanzar la cantidad deseada. Por supuesto, la eficacia de este modelo depende del perfil de la persona y su capacidad de ahorro.
¿Cómo beneficia el microahorro a construir un colchón financiero?
Basándonos en el apartado anterior, se entiende que el microahorro resulta fundamental para constituir un colchón financiero. Como fondo de emergencia, este no necesariamente debe encontrarse disponible de manera inmediata, por lo que los aportes de pequeñas sumas son la mejor manera de constituirlo como tal.
En este sentido, además de los aportes mensuales específicos, el dinero sobrante del ingreso puede dedicarse a constituir este fondo. Lo mismo puede decirse de los gastos regulares que arrojen un sobrante por compras de consumo, servicios y reintegros por promociones, descuentos y otros beneficios comerciales.
Construir tu colchón financiero mediante ahorro automático y personalizado
En la actualidad, gracias al desarrollo de soluciones informáticas para la banca online y las aplicaciones de pago, constituir un colchón financiero resulta más sencillo que nunca. En efecto, este tipo de herramientas permiten automatizar el ahorro en función del consumo y los beneficios comerciales mencionados en el párrafo anterior.
Las aplicaciones y plataformas de gestión bancaria digital permiten permiten distribuir el dinero y constituir un fondo de ahorro. En él se depositará el sobrante del ingreso mensual procedente del consumo y el pago de servicios.
Asimismo, este tipo de aplicaciones ofrecen herramientas para el ahorro y permiten generar ingresos pasivos mensuales para aumentar el colchón financiero.
Adquirir un colchón financiero resulta fundamental para obtener autonomía financiera y estabilidad económica. Sin embargo, su creación depende del perfil de la persona, sus objetivos a largo plazo y la capacidad de ahorro de la que esta disponga.