Qué es el open banking
El open banking se entiende como la liberación del acceso a los datos y cuentas de los clientes. Con este sistema se comparte la información financiera con el consentimiento del cliente y se facilita el acceso a las entidades financieras para la consulta de valoración del riesgo de un cliente.
De esta manera se fomenta la competencia entre bancos y empresas y se otorga el control a los clientes de sus datos y sus decisiones.
Regulación del Open Banking alrededor del mundo
El uso de este nuevo sistema tiene importantes diferencias según el lugar del mundo en el que se pretenda utilizar. Las diferencias se encuentran principalmente en:
- Las entidades y los productos a los que afecta. Puede ser a los bancos o a otros tipos de entidades financieras en exclusiva.
- El tipo de información. Hace referencia a los datos a los que podrán acceder los terceros, como la información sobre transacciones o los datos estadísticos. Todo ello siempre con el consentimiento del cliente.
- Tipo de operaciones incluidas. Por ejemplo, los pagos o las contrataciones de nuevos productos.
Además, existen diferentes enfoques en aspectos como la seguridad, el formato de los datos o la experiencia del usuario según el país en el que nos encontremos.
Europa
La principal normativa relativa al open banking es la la Directiva Europea revisada sobre servicios de pago (PSD2). Esta normativa se obliga a entidades bancarias y proveedores de dinero electrónico a compartir los datos de sus transacciones y de pagos con terceros.
Las entidades afectadas pueden desarrollar APIs bancarias que deben ser aprobadas por las autoridades, aunque no estén estandarizadas.
México
En el caso de México, es la Ley de Tecnología Financiera (Ley Fintech) la que incluye a la práctica totalidad de entidades financieras y datos sobre productos y transacciones. Sin embargo, no se encuentran entre estos datos las operaciones de pago.
Australia
La regulación de Australia sobre el open banking se encuentra en la Ley sobre Derechos del Consumidor de Datos. Esta norma está dirigida exclusivamente a la banca y establece las condiciones para el acceso a los datos sobre transacciones y productos, así como el desarrollo de API normalizadas.
Japón
En el país nipón se enmendó la Ley de Banca para requerir a los bancos que abran API para los proveedores.
Estados Unidos
Aunque el open banking se usa desde hace tiempo, la regulación no obliga a los bancos a facilitar el acceso a sus datos, aunque la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor (CFPB) de EE. UU. se está planteando cambios en el open banking.
Reino Unido
En el año 2017 PSD2 a la normativa interna de Reino Unido. La principal diferencia en este país es que se requiere que los grandes bancos sigan ciertas normas al facilitar los datos a proveedores externos, de acuerdo con la Financial Conduct Authority (FCA).
Como se puede apreciar, no existe una forma única para poner en práctica el open banking. Cada país regula y define más o menos este nuevo sistema, y no parece que esto vaya a cambiar en un futuro próximo. Estas diferencias en la regulación, obligaciones, productos y entidades a las que aplica genera una problemática y unas implicaciones para el sector financiero.
Problemática e implicaciones para el sector financiero
La diferencia entre las diferentes formas de aplicación del open banking puede generar algunos problemas al no existir en todos los países:
- Control sobre el tipo de empresas que pueden actuar como terceros.
- Control sobre el tipo de empresas que pueden actuar como terceros.
- Sostenibilidad de los sistemas.
Además de estos tres aspectos clave sobre los que no existe una unidad, también es posible que la banca abierta pueda afectar a la competitividad y estructura del sector financiero.
Existe una desigualdad en lo que respecta al hecho de compartir los datos financieros con empresas que no pertenecen a este sector, pero no de forma inversa. Es decir, empresas no financieras podrán contar con datos financieros, pero las entidades financieras no podrán acceder a la información de otras empresas.
Por otro lado, al permitir la entrada de los gigantes tecnológicos en los servicios financieros, se ve comprometida la estabilidad financiera.
El open banking consiste en compartir los datos de cuentas y otras operaciones financieras de los clientes con terceros. No existe una normativa común, por lo que existen diferencias en el tipo de información y operaciones, así como entidades a las que afecta. En Europa, en aplicación de la normativa PSD2, se obliga a entidades financieras y proveedores de dinero a compartir sus datos con terceros, mientras que en Estados Unidos no existe tal obligación. El open banking genera cierta problemática al no contar con un control y reglas comunes, afecta a la competitividad y estructura del sector financiero y puede generar inestabilidad financiera.